Elemento

Rutas por la Comarca

Cueva de los Enebralejos

En las inmediaciones de Prádena, en el subsuelo, merece una visita la cueva de los Enebralejos, con sus bellas formaciones de estalactitas y estalagmitas y un curioso río subterráneo.

El Acebal de Prádena

En Prádena se encuentra la mayor acebeda de este lado del Guadarrama.
Aparece entre pinos de repoblación y sabinares, en forma de rodales de gran tamaño; amén de su extensión también es de destacar el porte de los ejemplares, que alcanzan los 10 m. de altura y crean en su interior una oscura cúpula donde pastan rebaños de vacuno.
La mejor época para visitarlo es en invierno cuando el color de los frutos y hojas ofrece un intenso contraste con el resto de la vegetación. Además, los rodales de acebo ofrecen estupendo resguardo del frío.

Cómo llegar:
Tomando la N-I dirección Madrid, hay que tomar el desvío a la altura de Sto. Tomé del Puerto a la N-110 dirección Segovia. Esta carretera nos conduce directamente hasta Prádena.

El Cañón de la Perdida

En el pueblo de Villaseca; cerca del Parque Natural de las Hoces del Duratón encontramos el Cañón de los Cárcavos, bautizado de la Perdida a raíz de una leyenda. Es una garganta caliza que ha sido labrada por un afluente seco del Duratón; desciende entre veredas de pastores, culebreando entre sabinas y enebros hasta los Cárcavos, vertiginosos escarpes escalonados para salir a la hoz del Duratón. Tras holgarnos en el río y su alameda, a escasos metros se abre la Cueva de los Siete Altares.

Encinar de Cerezo de Abajo

Encinar de El Negredo

Encinar de Saldaña

Ermita de Hontanares y Mirador Piedras Llanas

Desde Riaza, camino de la sierra, en un claro del bosque de robles y a 1450 metros de altitud, se asienta este santuario, que conserva el edificio de la hospedería, y la fuente donde la tradición cuenta que se apareció la Virgen. Además de un agradable camino y unas amplias vistas de las sierras y las pistas de La Pinilla, no dejes de ver el pino nacido entre las propias piedras de la iglesia.
Siguiendo la misma carretera o dando un paseo de un par de kilómetros, se llega a este mirador con una de las mejores panorámicas de la diáfana meseta castellana. En corto, ofrece un impresionante paseo entre el amasijo de robles y rocas.

Espacio Natural del Hayedo de Pedrosa o de Riofrío

Su superficie es de unas 87 ha en la vertiente norte de la Sierra, entre los 1400 y 1850 m de altitud, en las inmediaciones del Puerto de la Quesera. Afecta a los términos municipales de Riofrío de Riaza y Cerezo de Arriba; se dispone en una banda horizontal que cubre la parte alta de una ladera. Junto con los hayedos de Tejera Negra (Guadalajara) y Montejo de la Sierra (Madrid) son los hayedos más meridionales de Europa, favorecidos por microclimas, forman parte de los reductos de haya de la Sierra de Ayllón.

El lugar, totalmente deshabitado y con un preciosos colorido en otoño, cuenta con singulares ejemplares de haya, no por su porte pero sí por su edad y singular forma retorcida. Además de hayas cuenta con acebos y servales, así como álamos y abedules junto a los riachuelos. Al este del hayedo corre un arroyo que recoge las primeras aguas del río Riaza. Junto a él se encuentra una pedrera húmeda con abundantes líquenes. Sus zonas bajas están ocupadas por rebollares y matorral de brezo con abundante helecho.
En él podemos encontrar fresas salvajes y azucenas y orquídeas salvajes.
No debemos obviar una última parada en el puerto de la Quesera para contemplar el paisaje. De un lado se abre el valle segoviano, con un tupido pinar en primer término y, luego, sembrado de pueblecitos, hasta el horizonte que cierra el pantano de Riofrío. De otro los valles de Guadalajara, solitarios y densamente arbolados.

Cómo llegar:
Tenemos que llegar a Riaza, lo más rápido es tomar la N-I dirección Madrid hasta Castillejo de Mesleón y allí la SG- 911 hasta la N-110 que seguidamente nos deja en Riaza. Desde Riaza salir por la SG-112 hasta Riofrío de Riaza. Para adentrarnos en el Hayedo hay que continuar por una sinuosa carretera hacia el puerto de la Quesera.

La Acebeda de Becerril

La Serrezuela o Sierra de Pradales

Parque Natural de Las Hoces del Río Duratón

El Parque se localiza al Oeste de la Comarca, con una superficie de 5.037 ha. afecta a los términos municipales de Sepúlveda, Sebúlcor y Carrascal del Río. El parque abarca desde el paso del río Duratón aguas debajo de Sepúlveda hasta la cabecera del Embalse de Burgomillodo en el pueblo del mismo nombre.

Cómo llegar:
Saliendo dirección Sepúlveda por la SG-233 en menos de 10 min. nos lleva hasta Sepúlveda, uno de los extremos del parque donde se encuentra la casa del parque en la antigua Iglesia de Santiago.

Qué ver:
Se trata de una formación de origen y proceso similar a las Hoces del Riaza: retorcidos meandros que el río ha ido excavando en la roca caliza hasta encerrarse en algunos tramos entre paredones y cañones de 100 m de profundidad.
A lo largo del recorrido del río evoluciona en distintos ambientes, creados por la diversidad climática y por los distintos tipos de suelo, podemos distinguir paramera, el bosque de ribera y los cortados, con diferentes vegetación y fauna que captarán nuestra atención.
En la parte más alta del río a su paso por el parque podemos disfrutar de un río flanqueado primero por una pared verde del bosque de ribera y en segundo lugar por las altas paredes de roca caliza. No debemos dejar de lado algunas formaciones geológicas de gran belleza en este primer tramo de nuestra visita, como la conocida como Silla de Caballo en Sepúlveda.

Pero en este caso quizá lo más vistoso e impresionante del parque no se encuentra sólo a lo largo de la ribera; sino también por encima de ella. Si nos posicionamos en la parte alta de los cortados, en la paramera podremos disfrutar de impresionantes vistas de las paredes y al fondo el río, pero debemos estar atentos al vuelo rasante de los buitres sobre y bajo nuestra cabeza desde esta posición.

Uno de nuestros lugares favoritos es el promontorio donde se ubica la ermita de San Frutos, al borde de una de las hoces más retorcidas presidiendo a un lado el pantano de Burgomillodo, y al otro un espectacular cortado sobre el río Duratón, paredón en el que se encuentra una gran buitrera, de la que constantemente salen los buitres que sobrevuelan por la zona, a veces a muy pocos metros sobre nuestras cabezas. Lugar, además, rodeado de historia e historias.

Para los más aventureros también se puede invertir la vista, disfrutar del paseo desde abajo, navegando en piragua a lo largo del río.

Características naturales: Hablamos de un espacio de similar geomorfología a las Hoces del Riaza; pero en este caso la explanada del río no existe en gran parte de su recorrido. El río se encuentra encajonado entre dos paredones verticales de roca caliza de 100 m. de altura.
Como se ha dicho existen tres entornos o unidades geo-ecológicas bien diferenciadas que otorgan una gran biodiversidad. En la parte alta del cañón se extiende la paramera, en la que dominan bosquetes de sabina albar y otros juníperus como el enebro, entre los que se instala matorral como tomillo, salvia, aulaga, lavandas... que con sus aromas enriquecen el ambiente y antiguamente los pucheros, aprovechamiento ahora restringido.

Por otro lado, distinguimos una segunda unidad en los cortados del cañón, o roquedos. Las paredes verticales de las hoces no dan facilidades para la instalación de vegetación, lo vemos salpicado de algunas rupículas y arbustos aislados. Pero sin duda lo que buscamos en estas paredes, más que su vegetación es la fauna, reinada por el buitre leonado y otras rapaces que anidan o descansan en sus oquedades y cuevas: águila real, alimoche, halcón peregrino, entre otras.

No en vano, el parque fue designado ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) La tercera unidad ecológica fácilmente delimitable la constituye el fondo del cañón o la ribera del río Duratón, más vistoso y accesible en el tramo más alto del río. A las especies arbóreas autóctonas que podemos encontrar en los márgenes de río, (olmos, sauces, alisos...), arbustivas como el saúco, rosal silvestre, endrino, zarzamora, majuelo...; hay que añadir aquellas introducidas por el hombre a lo largo de la historia: chopos, nogales, castaños, etc.

Esta zona de la ribera da cobijo a una fauna de enorme diversidad: anfibios y reptiles (como el lagarto ocelado), aves de menor tamaño (martín pescador, mirlo acuático, carbonero común, colirrojo tizón, etc.) y mamíferos como la nutria, la garduña, el tejón, zorro, corzo, etc. Fauna que en ocasiones convive en más o menos competencia con el ganado lanar que residualmente pastorea en algunas zonas limítrofes.
Al interés y belleza del paisaje hay que añadir la gran riqueza arqueológica e histórica que encierra en su interior esta garganta. Los valores naturales de la zona se ven complementados, tanto en el plano histórico como artístico de construcciones arquitectónicas singulares: las ermitas de San Julián y San Frutos, el Convento de la Hoz que continúa el paredón de roca con las ruinas de sus muros; cuevas con grabados de la Edad del Bronce; la cueva, casi inaccesible, de los Siete Altares que alberga un conjunto de altares tallados en la roca que parecen evocar los tiempos en que fue un lugar de culto durante la Edad Media.

Parque Natural de las Hoces del Río Riaza

En el la zona septentrional de la comarca, siguiendo el curso sinuoso del río Riaza se extienden las casi de 6.500 ha del parque, entre los municipios de Maderuelo, Valdevacas de Montejo, Montejo de la Vega de la Serrezuela y lo que fue Linares del Arroyo, hoy inundado bajo las aguas del pantano de Linares. Se extiende desde la cola de dicho pantano en Maderuelo hasta el límite de Montejo con la provincia de Burgos.

Cómo llegar:
El municipio de referencia es Montejo de la Vega de la Serrezuela donde se encuentra la casa del Parque. Desde Boceguillas podemos ir tomando la N-I hasta Milagros salir hacia Fuentelcésped y desde allí una carretera comarcal nos lleva entre lastras, rocas y viñas hasta Montejo de la Vega de la Serrezuela. Si queremos una ruta más entretenida podemos tomar la SG-9113 hasta Fuentemizarra y desviarnos a la izquierda por la SG-9322 que nos lleva directo hasta Montejo de la Vega de la Serrezuela pasando por Moral de Hornuez y Valdevacas de Montejo, muy cerquita del espacio del Sabinar de Horuez y la Ermita de Ntra. Sra. de Hornuez.

 

Qué ver:
El Parque Natural de las Hoces del Riaza es un complejo de hoces, cañones cortados y desfiladeros en los que se encajona la explanada de la ribera del río, culpable de esta formación y que da nombre al parque.


Los cañones de entre 200 y 300 m. de anchura están flanqueados por paredones de más de 150 m. de altura sobre los que podemos encontrar diversas curiosidades: restos de conchas y fauna marina de la época en que esta zona se encontraba bajo el mar; y multitud de cuevas y simas características, que definen los cortados y alojan su más estimado habitante: el buitre leonado. Resulta interesante observar estas paredes de roca caliza de colores tostados y rosados y ver cómo se salpica de manchas blancas coincidiendo con los huecos y cuevas anidados por buitres.

 

Características naturales:
En las laderas nos encontramos la vegetación más característica del Parque, dominada por sabina albar, en competencia con otras formaciones del género Quercus; acompañan a la sabina especies arbustivas como la aulaga, lino, camaedrio, etc. Destaca la presencia de pequeñas encinas llamadas conocidas como carrascas.

 

En lo profundo del cañón podemos ir siguiendo el río a lo largo de una senda paralela a éste, podemos disfrutar de un bosque de galería con sauces, chopos, fresnos, saúcos y espinos.
En cuanto a la fauna el habitante estrella son las aves, y en particular el buitre leonado con una de las mayores colonias de Europa. No obstante, ese espacio nació como Refugio de Rapaces, y está declarado ZEPA (Zona de Especial Protección Para las Aves). Destacan más de 20 especies incluidas en el Anexo 1 de la Directiva Europea relativa a la Conservación de las Aves Silvestres. Entre ellas es importante la variedad de rapaces que aprovechan las grietas y oquedades de estas escarpadas paredes; y aves acuáticas alojadas en el río y el pantano. En cuanto a los mamíferos, cabe señalar la presencia en este paraje de especies como la nutria, jabalí, zorro, corzo, tejón, gato montés, conejo, liebre, etc.

Pico del Lobo y Cerro de la Buitrera

Cima del macizo de Ayllón que domina 5 provincias en 150 km a la redonda.

Pueblos Rojos y Negros

Los "últimos"pueblos de la comarca ya en el límite con Guadalajara forman un interesante conjunto arquitectónico y natural. Acurrucados En la ladera septentrional hay una serie de pueblos, algunos de ellos ya despoblados, que se distingue por el color dominante de sus caseríos.
Aquellos que, como el Madriguera o Villacorta se asientan sobre arenas, margas y arcillas coloradas son rojos. Aquellos que, como el Muyo o Serracín, lo hacen sobre pizarras, son negros. Se encuentran inmersos en el mar boscoso de robles y pinos, brezo y piorno; comunicados por carreteras secundarias.
En el entorno del pueblo de Martín Muñoz de Ayllón se conserva la cañada del río Vadillo. En el pueblo del Negredo es interesante cuenta con un curioso espacio donde hubo unas minas de arena y que ahora muestra un vistoso colorido, formado por los distintos tipos de tierras.
También son de interés algunas formaciones geológicas.

Cómo llegar:
Podemos comenzar la ruta desde Ayllón empezando por Francos, Estevanbela, Santibáñez de Ayllón. Otra posibilidad es llegar hasta Riaza y comenzar la Ruta por Alquité, dejando a un lado Hontanares, Martín Muñoz de Ayllón, Villacorta, Madriguera.
Para llegar a Ayllón el camino más rápido es salir de Boceguillas hacia Burgos y rápidamente desviarnos por la SG- 9112, a la altura de Grajera girar a la derecha en la SG-9111 hasta Corral de Ayllón pasando por Sequera de Fresno y Fresno de Cantespino, continuar por la SG-9116 hasta la N-110 que nos llevará hasta Ayllón pasando por Santa Marta del Cerro.

Sabinar de Hornuez

En el término de Moral de Hornuez, entre las parameras del espacio Entresierras, cerretes y majadas de piedra, este espacio es una verde excepción donde se concentran las más grandes sabinas albares de España.
No podemos dejar de lado el majestuoso Santuario de Ntra. Sra. de Hornuez, donde se vela una imagen de la llamada Virgen de Hornuez que dicen se apareció en una de estas majestuosas sabinas.
Muy cerca del santuario, desde uno de los cerretes, el alto de la Muela, de 1.260 m. se puede disfrutar de una vista de toda la comarca: desde Somosierra hasta Aranda de Duero.

Cómo llegar:
Por carretera es muy rápido ya que casi todo el tramo es por la Autovía N-1 hasta el desvío a Villaverde de Montejo; una vez dejada la autovía, a escasos metros sale un pequeño desvío a la izquierda bien indicado: Santuario de Hornuez.

Sabinar de Prádena / Casla.

En las áridas parameras de la falda de la sierra resisten jóvenes y viejas sabinas de formas y portes variables. Un bonito camino para conocer estos sabinares es la Cañada Real Soriana Occidental, un camino que conserva sus 90 varas de anchura –75 metros – que se presenta como una vasta avenida herbosa salpicada de viejas y retorcidas sabinas, que atraviesa varios arroyos.

Valle de la Pinilla

En Somosierra, en las estribaciones de la sierra de Guadarrama, se alzan el Pico de las Tres Provincias y el pico de la Tiñosa, ambos con más de 2.000 m., en la zona donde se ha instalado la estación de esquí de la Pinilla. Merece la pena recorrer el pequeño valle, bordeado de impresionantes alturas con el pico del Lobo, el Cervunal o la Buitrera, destacando como lugar de especial interés natural.

Cómo llegar:
Aunque la mayor parte de este espacio se asienta en territorio de Cerezo de Arriba, el municipio desde donde se accede más fácilmente es Riaza. Una vez llegado a Riaza sólo hay que seguir las indicaciones que nos llevan a la estación de esquí de la Pinilla.

Zonas Húmedas.

Zonas de lagunas como son: las de Riaguas de San Bartolomé, Corral de Ayllón, Pajares de Fresno y Aldeanueva